El acoso no sólo se presencia a nuestro alrededor o a simple vista, ya sea en nuestro centro de estudios o en un grupo de amigos, sino que también surge dentro del mundo virtual, dando lugar al Acoso Virtual, en donde exponemos nuestros datos y nuestra vida entera.
Así que hay que tener cuidado con la persona que tenemos enfrente de la pantalla. Y si llegara a pasar de encontrarnos ante esta situación, siempre pedir ayuda es la mejor opción.
No decir nada conlleva a estar mal consigo mismo y hundirse en la depresión y ansiedad.
¿A qué llamamos Acoso Virtual?
Las palabras “Acoso Virtual”, hace referencia a lo que llamamos “Ciberbullying”, es decir, aquellos actos dañinos que se realizan mediante las tecnologías, haciendo un mal uso de ellas y consiguiendo que las personas afectadas sufran de esas acciones.
La diferencia que tiene con respecto al “bullying” (en persona, de cara a cara), es que el “ciberbullying” que realiza el acosador puede llegar a ser anónimo y, por tanto, no conseguir ni información sobre él y ni saber cómo actuar frente a éste.
El Acoso Virtual se puede dar en diversos casos, tales como enviar comentarios dañinos, divulgar falsedades sobre lo que ha dicho o ha hecho alguien, propagar una foto o vídeo…
Siendo estos casos muy continuos y que nunca llegan a terminar, perjudicando a la vida de las víctimas y a las de su entorno.
Dentro del Acoso Virtual, ¿qué tipos hay?
El Acoso Virtual consigue que las víctimas se sientan excluidas, dando lugar a la exclusión social. Afectando a su estado psicológico y alejándose de los de su alrededor por situaciones que, por causa del acosador, hacen que el afectado se infravalore y ya no sea como solía ser.
Otro caso sería la manipulación de datos, haciendo un mal uso de ellos y perjudicando con la información que ha obtenido al acosado, ya sea que le ridiculice o que ponga palabras o hechos en su nombre que son falsos e inciertos.
También es muy frecuente la divulgación de fotografías, grabaciones de voz y fotomontajes. Por ende, estos medios son amenazas que llegan a ridiculizar a la víctima y a ponerle en una situación de agobio.
Ésto sucede puesto que está expuesta a internet y abierta a cualquiera que pueda acceder a su contenido.
La “Sextorsión” puede darse el caso, siendo un chantaje hacia la víctima a cambio de no enviar o hacer público fotografías o vídeos de contenido sexual. Consiguiendo que el acosado se vea en un aprieto y amenazado constantemente.
Pero hay que tener cuidado de diferenciarlo con el grooming, ya que se da lugar cuando una persona adulta acosa a un menor por medio de la tecnología.
¿Queréis ver un ejemplo sobre el grooming?
¿Cómo afecta a las víctimas?
El Acoso Virtual afecta en gran medida a las víctimas, causando una baja autoestima y sentimiento de inseguridad. Además de que suelen guardar silencio por temor a las consecuencias que pueden llevar a cabo.
Pide ayuda, ponte en contacto con nosotros
Por tanto, si el acoso sigue durando y no se pide ayuda, eso conlleva a que las víctimas empiecen a sufrir cambios de estado de ánimo, depresión, exclusión entre las personas de su alrededor e incluso al suicidio.
Jezabel A.